Una combinación de historia y belleza mediterránea.
Por la mañana, iremos a Gruissan, precioso pueblo portuario, y visitaremos Narbonne, que ha atravezado el tiempo durante más de dos mil años. Descubrirá un patrimonio notable caminando por las calles del centro histórico, sin olvidar la inmensa catedral St Just et Saint Pasteur.
Pasee en el mercado cubierto donde cada mañana la gente local hace compras. Encontrará excelentes productos locales.
Comida en el mercado o un restaurante.
Por la tarde, partiremos a Lagrasse, elegido entre los más hermosos pueblos de Francia, Lagrasse se sitúa en las «Corbières », región conocida por su producción de vino. La construcción de su Abadía fue autorisada por Charlemagne en 783. El pueblo se compone de hermosas casas, y particularmente alrededor de la plaza central y antigua, donde se sitúa un espacio cubierto por los mercados, donde numerosos artistas locales pueden mostrar sus trabajos durante los días de mercado…